miércoles, febrero 15, 2006


Durante horas y horas observé como un corazón de manzana se oxidaba. Poco a poco se retorció y oscureció cada vez más. De debajo de la mesa fueron apareciendo pequeños insectos que lo devoraron lentamente, consumiéndolo mordisco a mordisco. Y al final, cuando ya no quedaban más que migajas, mi cuerpo cayó encima de la mesa. Y sentí, como por estar despistado, una hilera de insectos me había devorado el corazón.

6 comentarios:

  1. Anónimo1:22 a. m.

    Son así. Los insectos.


    A ver cuando vienes por aquí.
    Un saludo,

    flaumo

    ResponderEliminar
  2. Un texto genial,bastante comparable a lo que hace nuestra sociedad con nosotros...¬_¬ prefiero no pensarlo.

    ¡Vivan los insectos!

    ResponderEliminar
  3. Anónimo6:28 p. m.

    Desde un Ciber Buen Escrito Es.

    ResponderEliminar
  4. Si esto está muerto,Hugo,tu blog está bajo tierra,sellado y sin posibilidad de encontrar la tumba, JA JA JA JA

    ResponderEliminar
  5. Anónimo12:58 p. m.

    Todos tenemos un corazón de manzana y casi todos vivimos despitados...

    ResponderEliminar