jueves, abril 13, 2006



Removimos la tierra,
y las semillas sin germinar
cortaron mis dedos.

Quise deshacer el nudo
que me mantenía unido a tu voz,
separar las silabas,
elaborar collares,
vestirme con ellos.

Y cuando me llamaste
salté sin comprobar la altura.

Por todo eso
ahora,
me desnudo en aquel rincón,
apartado,
donde la luz sólo llega
si abres la puerta
y giramos los espejos.

3 comentarios:

  1. Anónimo5:18 p. m.

    Y cuando me llamaste
    salté sin comprobar la altura.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo12:20 p. m.

    Continua escribiendo para hacerme seguir sintiendo...

    ResponderEliminar
  3. y dudabas de la calidad de esto?

    ResponderEliminar