martes, diciembre 28, 2010

Nuevo blog

En realidad sólo he cambiado la dirección del mismo, el diseño lo he mantenido igual. Más adelante, cuando me vea con ganas, le pegaré algún otro cambio. Así que nada, en este blog no colgaré más entradas, pero lo dejaré abierto para que poco a poco la gente conozca el nuevo.

NY



Preparando un libro nuevo reviso fotos y documentos. En Febrero de 1991 pasé junto a mis padres y mi hermana una semana en Nueva York. El hotel en que estuvimos ya no existe, en el atentado de 2001 se vino abajo también. Era el Hotel Marriott. Se hace raro ver una foto de la entrada y recordar esos días, pensar que un sitio donde estuve ya no existe. Algún día volveré allí pero no tendré la opción ni de visitar ni de dormir en la misma cama.

Al otro lado del espejo, especial erótico.


Puedes leerlo aquí.

Esta tarde, en Madrid

domingo, diciembre 26, 2010

Yago, mi sobrino..




El mejor regalo de Navidad.
Me muero por ir a Madrid.

jueves, diciembre 23, 2010

Viscerales


Viscerales es una antología que han coordinado José Ángel Barrueco y Mario Crespo. Saldrá a principos de 2011 y tengo el placer de formar parte de ella y de compartir páginas con muy buenos escritores y muy buenas personas. Hoy nos han hecho llegar la portada y, como podéis ver, es una pasada. Y por si fuera poco, Jab y Mario fueron entrevistados ayer por Sofía Castañón en el programa El Sillón Voltaire, en Radio Círculo y podéis escucharlo aquí. También podréis escucharme leyendo el relato que tengo en la antología.

miércoles, diciembre 22, 2010

Si te caes, te levantas. José Ángel Barrueco.


Mi madre, que en paz descanse, no hubiera permitido bajo ninguna circunstancia que nos hundiéramos. Nos enseñó a afrontar la vida echándole cojones, levantándonos siempre a luchar. Por eso este blog, que es mi amigo y mi confesor, debe continuar. Sólo hay un camino y es hacia delante: me lo han dicho varias personas en estos días de luto. Tienen razón. Como no quiero mortificarme ni mortificaros, tras las navidades abriré un blog dedicado a ella y a su obra, para no mezclar los temas: un proyecto que yo acariciaba desde que supimos de su enfermedad, hace poco más de un año. Un proyecto que no logré hacer realidad porque necesitaba material (fotos, retratos, esbozos, catálogos de sus exposiciones, etcétera) y, en medio de los desbarajustes y trastornos propios del cáncer, ella me decía: “Ya lo buscaremos. Ahora no”. Y ahora se convirtió en nunca. Rebusco entre sus pertenencias y voy sacando ese material. Lo que no evitará que, de vez en cuando, cuelgue en esta bitácora algún artículo (mañana mismo) dedicado a ella, o un poema, o algún cuento, entre otros homenajes que llevo todo el año preparando y que, al final, no podrá ver.

Releo ahora un poema que escribí para una próxima antología y en ella rememoro el último concierto que vimos juntos: el de Leonard Cohen, que abrió con la canción Dance me to the end of love (y me he sobrecogido: ese es el tema que mi hermana le puso en sus últimos minutos de vida; yo no lo recordaba). Colgaré ese poema, aquí o en la otra bitácora. Es lo mínimo que puedo hacer.

La última ilustración que hizo para David González tuvo que hacerla con la mano izquierda, siendo diestra (porque apenas podía mover ya el brazo derecho, con el que pintaba). No estaba del todo convencida de ese dibujo porque le parecía hecho por un niño: pero a mí me llenó de orgullo que dibujara con la izquierda, que no se rindiera, pese a los zarpazos continuos de la enfermedad. Como si dijera: si me arrebatan una mano, me queda la otra. Eso significa no rendirse. Significa echarle ovarios.

Nuestra madre le dijo hace poco a mi hermano que sabía que estábamos preparados para cuando ella se fuera. Así que no queda otra que estar a la altura de sus previsiones. Mi papel consiste en honrar su memoria. No hay más remedio que levantarse, listos para seguir peleando.




Puedes leerlo en su blog aquí.

martes, diciembre 21, 2010

lunes, diciembre 20, 2010

Ana Franco


La verdad es que no tengo casi palabras. Cuando a alguien se le muere un padre o una madre hay pocas palabras que valgan. Conozco a José Ángel Barrueco desde no hace mucho tiempo. No soy un amigo de la infancia. Pero el tiempo que hemos compartido creo que nos ha unido de una forma especial. Y es por esto que la muerte de su madre me deja jodido de verdad. Porque no lo merecía. Ya sé que nadie merece morir, pero hay algunos casos que te parecen especialmente más injustos. No podré estar en Zamora y eso me duele. Así que desde aquí un pequeño homenaje a Ana. Y todo el apoyo a Jab y a su familia para estos momentos. Descanse en paz.

domingo, diciembre 19, 2010

Sombra de ojos

Ilustración de Ana Franco



Tomada del poemario LOSER de David González. Bartleby 2009.