miércoles, diciembre 28, 2005


Sandro vive en la calle. Viste un abrigo largo, dos pares de pantalones y unas botas negras. Tiene el pelo largo, una barba espesa y las manos llenas de arrugas. Su forma de caminar, con cierta cojera en la pierna izquierda, es consecuencia de diversas caídas. Suele recorrer las calles en busca de algo de comer, y por la noche duerme en el soportal de algún edificio. Siempre lleva un carro, el carro de algún supermercado. Y en vez de llevar dentro sus objetos personales lo utiliza para transportar a sus once gatos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los animales son los únicos seres capaces de acompañar fielmente a los muchos Sandros que hay en nuestro mundo.Triste paradoja la de comparar la racionalidad humana con un mayor desarrollo...

Anónimo dijo...

un abrazo desde valencia.
flaumo

Anónimo dijo...

Sandro... Que mejor uso para un carro que transportar gatos. Pero dime, Sandro ¿Por qué abandonaste aquel gato?