martes, julio 25, 2006


Desde la ventana, sin que me veas, te espío cuando te sientas a dibujar. Siempre cojo algún color e intento seguir con mis manos los movimientos que tú haces, pero cuando miro, nunca reconozco nada en lo que yo he dibujado. Únicamente, el otro día, pude distinguir algo entre todos los trazos. En un color rojo oscuro, en medio de varios círculos concéntricos, aparecieron tus ojos. Y desde entonces cada vez que no estás en tu cuarto me pierdo en ese dibujo. Tanto que hace poco no encontré la salida y me quedé atrapado para siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ojalá logres salir, necesitas caminar por ti mismo, recordarte que eres alguien por ti solo...porque lo eres. Espero que lo consigas en tus escapadas ;)

Zorgsky dijo...

grande, amigo, grande. Para siempre, es demasiado tiempo para perderse. Lo hacemos en menos tiempo, pero más intenso. La habitación se queda sola, te pierdes, y nadie vuelve a entrar.

Sensación repetida y por repetir.

P.d.: Cada día me gustan más, o, los entiendo mejor. Apuesta por las dos.