martes, marzo 20, 2007


Hay, cerca del mar,
un lugar al que retirarse.

Un lugar
desde el que salir a pescar,
desde el que contemplar el tiempo.

Un lugar para vivir
esta vida,
y alguna otra que pueda venir.

Hay un lugar
cerca del mar
donde desabrocharse
la camisa,

hay un lugar
cerca del mar
donde hacer volar
mis poemas.

Pero si vas a llegar
eso nunca lo sabes,
aunque casi acaricies
su superficie
con tus dedos.

Tal vez mañana,
o pasado,
o el año que viene.

O nunca.

Tal vez ese
lugar exista
para seguir viviendo.

Para conservar
la esperanza
de no perder la cabeza.

Allí estás ahora mismo,
aunque tu cuerpo
siga metido en tu coche,
en una calle infestada
de tráfico.

Porque todos los días
te haces la misma
pregunta.

Y todos los días
te falta rellenar el hueco
con lo que quieres oír.

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