lunes, agosto 06, 2007


Si hoy muero
que devoren mi cuerpo los pájaros.

Arrójame al fondo del acantilado,
para que las olas me abracen,
que nadie oiga como acaba todo.

Porque señalamos en una estrella
cinco lugares que nunca más pisar,
y a pesar de todo
te descubro llorando cada noche.

En la misma calle donde antes
levantaron mil torres.

Y todo lo que no recordamos,
aquello que quedó sin color,
las únicas palabras
que nunca descubrimos
y que no podremos olvidar.

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