Una de las mayores
sensaciones
es conducir bajo la lluvia.
Con algo de música,
con las luces encendidas,
con horas y carretera
por delante.
En un tiempo
que te desnuda
poco a poco.
Y si te descuidas
te morderá
los músculos.
Es bueno estar
solo cuando
no sabes quién es mejor
para acompañarte.
Canturreando
la letras de esa canción
que nunca acabas
de aprenderte.
Y buscando un lugar
para dormir
y poder darte una ducha
caliente.
Es bueno ver alejarse una ciudad
mientras otra te espera.
Aunque no siempre
acabes en ella.
Aunque simplemente
busques un círculo
a trazar con el coche.
Pero tan grande
que te hace perder
el sentido.
Y todo parece
hacerse más pequeño,
perder algo de color.
Porque entonces
sólo te tienes a ti,
y tal vez a un café,
o un cigarro,
o nada,
puede que nada
sea la mejor compañía.
Porque puede que mañana
todo tenga la misma forma que ayer,
pero a ti por dentro
algo te ha envenenado
y ya no puedes parar.
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