miércoles, julio 30, 2008

Camboya



CAMBOYA

En camboya,
por las calles,
hay niñas
que venden naranjas
que guardan en un cesto.
Y los turistas,
sonriendo,
viendo ternura en la escena,
las sonríen
e incluso
las fotografían.

Lo que no saben,
lo que no les han explicado,
es que esas niñas,
en su mayoría,
son esclavas,
prostitutas,
que venden su cuerpo
camuflado en unas piezas de fruta,
que un hombre,
cuantas más compre,
más completo quiere el servicio.
Porque como dice el folleto
de una exposición de fotografía
“el hombre que compre
las naranjas
acabará por sacarle
todo el jugo a la niña”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermoso tu poema: sencillo y directo.

Koembiyú