jueves, octubre 30, 2008

El demonio te coma las orejas [1997 - 2008] de David González


El viernes fue la presentación de El demonio te coma las orejas [1997 - 2008] en el Bukowski Club, en Madrid. Una vez más la voz de David González y sus poemas nos desgarraron por dentro a todos los que presenciamos el recital. Hay ciertos aspectos de la vida que sólo se pueden narrar si los has vivido, si has estado dentro y los has sufrido en tu cuerpo (porque debe haber más de una cicatriz que lo demuestre), y eso es lo que pasa en estos poemas. A través de las palabras de David recorremos algunas de las cárceles en las que estuvo, pasamos hambre y miedo con él, e incluso nos cortamos un poco el pelo con él cuando leemos poemas como CUALQUIER PARECIDO ES PURA COINCIDENCIA. Y si no fuera poco, el libro cuenta con algunas cartas que recibió en la cárcel de parte de otra reclusa, y como dice José Ángel Barrueco en el prólogo, eso nos permite saber cómo le veían otros. El libro debería ser de obligada lectura, ya que ante todo es el testimonio real de una persona que ha pasado varios años de su vida en el lado más oscuro de la sociedad, tan crudo que a veces es dificil creer que alguien pueda pasar por esas situaciones.
Aquí podéis leer en pdf el prólogo del gran José Ángel Barrueco.



EL PÉSAME

El Cejas se ha colgado de mí
y quiere follarme el culo a toda costa.
Pero él solo no va a poder conmigo,
y lo sabe. Entonces lo habla con el Tajas
y con el Bullati. A cambio de su ayuda les dará
una caja de Rophinol a cada uno.
Su plan es este:
el Tajas y el Bullati me llevan a la sala
de la televisión. Allí me dan una paliza
que me deja hecho polvo,
así cuando luego aparezca el Cejas
no estaré en condiciones de plantarle
cara y podrá darme por el culo
a su entero placer. Ahora bien,
la noche antes
la palma la madre del Tajas
y el Tajas, agobiado, no quiere seguir adelante
con el plan. El Bullati tampoco.
La pregunta es casi obligada:
¿debo darle el pésame al Tajas?



CERILLAS

Lo habíamos estado hablando toda la noche:

si mañana por la mañana,
cuando nos abran la celda,
viene alguien,
el que sea,
los que sean,
y empiezan a buscar bronca,
tú ya lo sabes, ¿eh?,
lo que hablamos:
pase lo que pase,
tú y yo juntos,
nada de acojonarse, ¿eh?;
y si tenemos que andar a hostias,
pues andamos,
y si tiran de baldeo,
pues que tiren,
allá ellos,
tú ya lo sabes, ¿vale?,
lo dicho:
pase lo que pase,
tú y yo juntos,
nada de rajarse, ¿estamos?

A la mañana siguiente le sacaron al patio
a hostia limpia, le amarraron
a una columna del tendejón,
le pusieron en los pies periódicos
atrasados, trapos y cartones,
y le enrollaron todo el cuerpo
con papel higiénico
y con la espuma de las colchonetas.

Luego le prendieron fuego.

Las cerillas
las tuve que poner yo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué grande este David...sé de una que se está devorando el libro en el patio del cole...que no es el mismo patio pero a veces sí me lo parece.

Bxuss!

(no sé por qué pero tu blog no me deja firmar con mi cuenta google...)

dioni blasco dijo...

imprescindible este jodido libro