miércoles, enero 14, 2009

Otro poema de Marilyn

De nuevo una historia prestada, contada. Y mis palabras que intentan hacerle justicia. No se puede decir mucho más. Me siento muy afortunado de poder ser la voz. Y aún más afortunado porque de nuevo Marilyn quiere compartirlo conmigo. Espero, de verdad, sinceramente, poderle dar toda la fuerza con la que yo lo siento, con la que me destroza a mí por dentro.




No fue suficiente
que durante tres meses
fuese cada noche a dormir al hospital.

Mochila en mano,
después de clase,
con los pies reventados de bailar.

No fue suficiente.

Te había dado
un ataque al corazón
y aún así
eras el mismo hijo de puta
de siempre.

Pero claro,
en vez de agradecer nada,
seguiste en tu línea.

Porque explícame una cosa,
¿de verdad era necesario
quemarlas?

Mis zapatillas de ballet,
las primeras que había tenido,
las que colgué en mi puerta
para sentirme orgullosa.

O es que te vas a creer
que me importó algo tu explicación.

A mí, me da igual
que te recordasen al hospital,
o a que casi te mueres.

Porque a ti lo que te jodió,
estoy segura,
es que tu hija,
la que nunca hizo lo que tú quisiste,
la que estudiaba algo que tú odiabas,

esa,
de la que nunca te sentiste orgulloso
la que según tú no merece tu apellido
esa hija,

fue a pasar las noches
contigo.

3 comentarios:

trovador errante dijo...

Quiérela mucho mi niño, pero que no busque en otros hombres al ese padre. Eso lo acen muchos y muchas y suele acabar como suele.

Que siga la inspiración y el amor.

Un abrazo

Fernando dijo...

Genial, nen. Para no variar. Me encanta como escribes, no me cansaré de decirtelo. Gracias. Tú eres gran culpable de que escriba mis cositas. Poco a poco, prometo mejorar :) Al menos lo intentaré.

Fernando dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.