viernes, mayo 22, 2009

Miércoles y Jueves de poesía, y de colegas.


La casa de Asturias fue el punto de partida. Allí nos juntamos Mario Crespo, David González, José Ángel Barrueco y un servidor. Las conversaciones giraron en torno a mil temas, poéticos o no, importantes o no, como cuatro amigos echando la tarde. De allí fuimos a la librería Traficantes de Sueños, donde nos encontramos con Hasier Larretxea, Miguel Ángel Martín, Marta, y alguna persona más que vino a ver a David recitar. No llenamos los asientos, ni mucho menos, pero el recital de David no careció de fuerza, de garra, como sólo él sabe hacerlo, presentando su poemario LOSER. Al final unas cañas más por Lavapies y retirarnos a casa, que al día siguiente esperaba más.

Quedo a las 13 con David González en la puerta del Fnac. De ahí nos vamos a tomar unas cañas al lado de la chocolatería Valor, y poco a poco, entre cervezas y conversaciones, llegan José Ángel Barrueco y Deborah Vukusic, que se apuntaban a comer. Madrid está lleno de tascas con menús del día, que sirven comida casera muy buena, y en uno de ellos estuvimos los cuatro, en El Gañán. Cuatro gazpachos y albóndigas o salchichas o filete o cerezas o flan o manzana o café o chupito de hierbas. Un sitio recomendable para volver a pisar.


Esta vez el recital era en La Casa del Libro de la Calle Fuencarral, por lo que camino de allí paramos en Malasaña para descansar del calor y tomarnos uno cafés. A este recital, al revés del día anterior, sí viene más gente, Mar, Javier Belinchón y Melodia, Ángel González, Kebran, Gsus Bonilla, Marcus Versus, Marta (una vez más), Juan Antonio y Pepo Paz. David y Deborah están genial, ambos tienen una fuerza recitando que hace que las tripas se te retuerzan. Las palabras llegan como bofetadas, y todos nosotros no podemos hacer otra cosa más que admirar el trabajo de ambos. David presenta LOSER, su nuevo poemario, y Deb la reedición de Guerra de Identidad.Y más cañas para celebrarlo, alguna foto para recordar el momento y de ahí nos dividimos. Unos quieren ir a la fiesta de La Vida Rima y otros nos quedamos tomando algo tranquilo porque no queremos retirarnos tarde a casa. Al fin y al cabo hoy toca más poesía y hay que llevar las pilas cargadas.