viernes, mayo 22, 2009

Un poema de Isabel García Mellado

*

de él aprendí, por ejemplo
cómo desenredar el teléfono
de forma grave y casual
al mismo tiempo
aprendí que es un regalo dar sorpresas
y que gritar no es la mejor manera de que te escuchen
aprendí que un abrazo cura las tantas cosas
y un estar sin hablar, pero estar, cura las tantas otras
aprendí a respetar lo que es justo
a morderme la lengua y a no mordérmela
a pensar en lo que sienten los demás
aprendí que querer
no son fuegos artificiales
sino venir a casa a la hora de la cena
aprendí que no es igual ocho que ochenta
que tener suerte no va de gratis
y que como él no ha habido nadie
de él aprendí todo lo bueno que tiró de mí
cuando me puse mala
de él saqué las fuerzas
cuando nos faltaban
de él aprendí que vivir muerta
es un insulto
y que ser honrado y feliz
es mucho mejor
que ser admirado o llamativo
por él aprendí a llorar en serio
sola
y en el más absoluto de los silencios
y es por él que todo
todo mi mar


Aún no he acabado el poemario de Isabel, y es que lo estoy disfrutando poco a poco, verso a verso. Leo cada poema dos veces para empaparme de ellos. Isabel, peque, tiene un poemario intenso, sincero, real. Con una voz que te dice las cosas de forma suave pero que cuando te quieres dar cuenta te ha penetrado en el pecho y te tiene cogida las entrañas. Ella lo sabe, ya se lo dije en Illescas, y lo sigo pensando.


Tic tac, toc toc. Ya lo dijo Casimiro Parker. 2009.

1 comentario:

inverso2011 dijo...

este es un poema lleno de VIDA.