miércoles, junio 17, 2009

"No hay camino al paraíso" en La Opinión de Zamora

Es bueno levantarse con buenas noticias, y ésta es una muy buena.
Muchas gracias a J.H. por el artículo.


Barrueco se estrena como poeta con un libro que presenta tonos autobiográficos

El volumen «No hay camino al paraíso» recoge los textos del escritor zamorano y otras escrituras de Javier Das






J. H. Conocíamos al novelista, conocíamos al autor de obras teatrales, conocíamos al columnista (lo es en este periódico). Y, ahora, aparece el poeta. José Angel Barrueco publica «Le aplastaré con mis versos», que es letra hecha carne: porque ha surgido de la vida. Si el zamorano dice que el libro «gira en torno de la familia», así será.

Es testimonial y, quizá, duro con algunos aspectos del pasado. O tal se intuye. A veces, no obstante, hay que mirar hacia atrás, para continuar el camino, después, sin perder de vista el horizonte. El libro acoge 48 poemas, que se agrupan en tres secciones. El tono: Como un desahogo sereno, como una confesión valiente y, al mismo tiempo, un poco triste. Porque habla de soledades, de silencios, de sensaciones.
Son poemas narrativos. No admitían, seguramente, otro género y otra forma. Pero la emoción sobrevuela aquí y allí. Se cuentan cosas (¿sucesos o así?) y se convocan recuerdos. En ocasiones, aparece el apunte dramático. Son poemas que también recrean escenas. Pasados los años, el día de mañana... El tiempo suele ser buen lenitivo. No obstante, entre las libertades está la rebelión. Que puede ejercerse con aparente pasividad. Barrueco escribe: «El silencio, a veces, / es más poderoso que un puñetazo». Al menos, rotundo. Inapelable.
Una cuestión, tras la rápida lectura del poemario, podía ser ésta: ¿Ha sido un libro difícil de escribir? Si se habla, en algún momento, de «días de dolor y desesperanza», ¿esa circunstancia vital ha requerido que el tiempo cauterizador haga su labor? El volumen también debe leerse como crónica y relato, historia y confesión. La vida es camino que se hace al andar y al detenerse. Mirar con seguridad al pasado –los golpes, a la larga, fortalecen– es desmitificar el pasado. Si el zamorano se desnuda emocionalmente en algunos poemas, da prueba de firmeza. Esta lírica también es una poesía de la experiencia.
Nada de su escritura anterior, aún con asuntos autobiográficos, había elegido esta vía, que no resulta fácil. Con anterioridad, Barrueco (1972) optó por la novela («Recuerdos de un cine de barrio», « Monólogo de un canalla» y «Te escribiré una novela»), el teatro («Vengo de matar a un hombre»), el cuento («El hilo de la ficción») y el microrrelato.
El poemario del zamorano aparece con otro de Javier Das («Sin frío en las manos»), y los dos configuran el libro «No hay camino al paraíso», publicado por la editorial madrileña "Ya lo dijo Casimiro Parker". Los dos: Testimoniales. Los dos: se enfrentan a las adversidades con estoicismo y refrenada valentía.



El enlace a la noticia, aquí.

No hay comentarios: