jueves, marzo 16, 2006


15.03.2006

Cuando pensábamos que ya nada podría hacernos ver las cosas de otra manera, llegas tú y demuestras que lees las cartas dándolas la vuelta. Es curioso, tanto tiempo remando río arriba y descubro ahora que era más fácil bajarse e ir andando.

¿Sabeis algo genial de los abrazos? es que puedes oler a la persona que te abraza, y de paso arrebatarle un poco de si mismo, y dejarle un poco de ti.

Tal vez Alicia sólo quería un abrazo y por eso cruzó la puerta.

Trataremos de mirarnos fijamente, sabiendo que los dos conocemos el pensamiento del otro. Sabiendo que los dos conocemos los miedos del otro. Y por eso, en un momento dado, romperemos a llorar... y tal vez juguemos con la arena, dejando la hoja en blanco.

“Diario de quien no supo contar nada de si mismo” y resulta que ahora todo esto me delata.
Se acabó la función, se vacía la sala y dejamos paso a los siguientes espectadores.

3 comentarios:

Cvalda dijo...

...(sin palabras)...

Anónimo dijo...

Hace mucho que no te lo digo, pero por si se te ha olvidado, una de las cosas de las que mas me alego en mi vida, es el haberte conocido, un abrazo

Jim

Anónimo dijo...

Muchas gracias por escribir esto.... Alicia te lo agradecera eternamente!



Amanda