martes, marzo 21, 2006

Nada más por hoy princesa, cuando las lámparas se apagan es el momento de mostrar las cartas que escondíamos en la manga. Y cuando sepamos quien ha perdido nos besaremos, e intentaremos olvidar porque ayer tu espalda dibujaba barrancos al borde de mis dedos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay personas que son acantilados, en los que uno desearía precipitarse.

Fue genial volver a verle ayer, señor.

Valencia le espera.
Flaumo