Un tímido escalofrío recorre mi cuerpo cuando acaricias la parte central de mi espalda, tu dedo recorre mi columna vertebral y sube a mi cuello, tiemblo, pero no pares. Tus dedos se introducen en mi pelo, vello de punta, pero no pares. Sigues jugueteando con mi cráneo, y tus dedos acarician mi pelo a distinta intensidad. No te veo, pero imagino tu cara, sé la cara que pones cuando me tocas. Sonrío, y tú no paras. Tus manos descienden por mi frente y cierro los ojos. Posas tus dedos corazón en mis párpados, suspiro, pero no pares. Ahora las toca a mis mejillas disfrutar de tu tacto, te detienes en mi nariz, nariz pequeña, y bajas a mi boca. Recorres mis labios, imagino que me besas y yo los ligo y los desligo en una milésima de segundo. Sigues deslizándote por mi cuello y te dejas caer por mi canalillo, pero solo insinúas; sigo temblando, pero no pares. Entonces cosquillas por mi tripa, parecen tus dedos hormigas en busca de su hormiguero, de mi ombligo, y se encoge. Entonces tus manos apoyas en mis caderas, me estremezco y las detengo, para, por favor, y bésame.
Mayte Barrera Benito.
Mayte Barrera Benito.
1 comentario:
qué honor estar por aquí... :)
a ver si nos vemos un día de estos vale?
que, por cierto, aún me debes un libro...jejejeje
muuaa!
Publicar un comentario